Los títulos de crédito se han convertido por méritos propios en un género cinematográfico particular. La calidad de algunos supera incluso a la propia película en la que están insertados. Pequeñas obras maestras que condensan en poco tiempo la introducción a la trama narrativa y la información de todos los profesionales que participan en el film mediante un uso creativo de la imagen y la tipografía fijas y/o en movimiento con el apoyo de la banda sonora, intentando crear un ambiente de predisposición en el espectador. Un nombre marca su evolución desde mediados del siglo XX hasta nuestros días: Saul Bass, el responsable de las mejores y más creativas secuencias iniciales del cine. Diseño Gráfico y Cine se dan la mano gracias al ¿hombre del trazo de oro¿.
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