Marlene Robles de Rodríguez, María Guadalupe Ramos Crespo, Ana María Correa
Ante la crisis de convivencia social, fruto de la falta de la vivencia moral personal que se percibe día a día en la actualidad, a la educación se la asigna una nueva responsabilidad; nueva en cuanto a la obligación de profundizar en el cómo asumir el reto de educar moralmente, pues la necesidad es tan antigua como la existencia del hombre. En esta presentación se desarrollará un trabajo basado en las teorías y metodología que autores reconocidos proponen para el caso, aceptando las que se consideran aceptables y viables para la propia cultura. El objetivo es orientar hacia la utilización y profundización del método de educación moral para que éste se lleve a cabo de modo sistemático, y poder seguir así, el proceso de desarrollo psico-evolutivo y moral del niño y el adolescente. La metodología apropiada de participación, reflexión y aceptación personal, supone la construcción del sí mismo autónomo, ya que la educación moral no puede ser una imposición de modelos o normas, sino una labor de cultivo y participación socializada y guiada por los valores predominantes en la sociedad. La importancia de este enfoque educativo radica no solo en el método, que se debe aplicar de modo didáctico aceptable, sino también en saber que para lograr el desarrollo del juicio moral se requieren capacidades psíquicas, sin las cuales no es posible pasar de un estadio moral a otro. Juicio moral significa, capacidad cognitiva para discriminar entre lo que está bien o mal, es decir, se requiere seguir todo un proceso pedagógico, psicológico y didáctico profundo, para lograr la educación moral mediante la práctica de los dilemas morales.
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