La teoría de los sí mismos posibles añade aspectos novedosos a las aportaciones clásicas sobre la motivación (McGregor, Herztberg, McClelland, Maslow, ...). Nos adentramos en un nuevo paradigma conceptual en el que, para comprender la motivación, resulta imprescindible ahondar en el autoconcepto. Este se concibe ahora como un elemento mucho más dinámico, que influye decisivamente en la conducta y los afectos de los individuos: es un auténtico catalizador de su actividad. Los sí mismos posibles engarzan sustancialmente con la idea de recuperar a las personas como motor principal de las organizaciones. La tesis conclusiva es que mientras las compañías promuevan el progreso de sus empleados, lograrán que éstos estén más motivados y comprometidos.
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