El presente trabajo esboza una visión mundial sobre la tendencia en el consumo en la década de los 90' de frutas (manzana, pera, uva, banana, ananá, dátil, limón, pomelo, naranja y mandarina), hortalizas (papa, cebolla y tomate) y endulzantes (miel), así como de bebidas alcohólicas (cerveza y vino). La conclusión está centrada en que no hay un mercado único o global en el consumo agroalimentario a nivel mundial, sino que por el contrario, la tendencia ha sido hacia mercados sostenibles, esforzados, vulnerables y en retracción. En el caso de Argentina, la mayoría de las frutas y hortalizas, a lo excepción de uva y cebolla, se encuentran en mercados sostenibles cuya estrategia de viabilidad a nivel general es de "costos" y no de "valor agregado", dado que más del 85% del consumo se ubica en niveles socioeconómicos medios (C2C3) y de bajos ingresos (DE).
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