Una concepción ingenua del caos lo definía como un océano de oscuridad informe, sin un principio de ordenamiento; desde éste nace el universo - luego de un tiempo indefinido - el cual responde a las leyes que preservan los ciclos y la vida, a pesar de las catástrofes y desórdenes. En este punto, el cosmos - palabra griega que significa "universo" con toda su organización y que incluye la idea de orden y belleza - es escrutado, por siglos, por el ser humano que puede conocerlo adecuadamente, pero en forma parcial, obteniendo un dominio parcial del mismo. Pero sucede que, además de una gran porción del universo que no está al alcance de este conocimiento, el hombre puede confrontar los fenómenos que, aparentemente, están fuera de toda regla, definidos como "caóticos"
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