En las últimas décadas del Siglo XIX, en las zonas vitícolas catalanas, adquirió relevancia la articulación de la protesta campesina a través de organizaciones características del mundo capitalista (movimiento asociacionista y contienda electoral). A pesar de ello, las formas de protesta tradicionales se mantuvieron vivas en la conciencia popular hasta los primeros años del siglo XX. Ello fue posible gracias a la homogeneidad de intereses entre los rabassaires. Su objetivo más inmediato era la defensa de los derechos que creían poseer sobre la tierra que trabajaban. En la comunicación que presento, se analizan algunas de estas formas tradicionales de protesta popular
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