En 2002 el gobierno chileno implementó una nueva legislación que instituyó un régimen de seguro de desempleo. Este ha sido presentado a nivel nacional e internacional como un modelo para otros países en desarrollo porque provee protección contra la cesantía, evita las cuestiones de riesgo moral vinculadas con los sistemas tradicionales y sus exigencias en materia de financiamiento público son relativamente modestas. El seguro combina un sistema de cuentas de ahorro individuales con un fondo de contingencia sujeto a financiamiento público. El presente artículo examina cómo funcionará en la práctica este régimen y si puede servir realmente de modelo.
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