Desde la construcción de los primeros dirigibles hasta el espectacular desarrollo de la aviación comercial y el transporte aéreo civil que vivimos a comienzos del siglo XXI, la aeronáutica española ha estado unida al Ministerio de Fomento. Leyes, nuevos aeropuertos con sus respectivos anexos y zonas de influencia, escuelas de pilotos, navegación aérea y un turismo imparable han sido los compañeros de viaje de este Ministerio que, aunque con distintos nombres, ha proporcionado siempre la mejor cobertura para que la aviación española pueda competir en prestigio y calidad con la de cualquier país del mundo.
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