En este trabajo el autor subraya las grandes diferencias en los sistemas familiares y en la fuerza de los vínculos de parentesco existentes en el continente europeo. Identifica la existencia en el norte del continente de una familia relativamente débil, donde el individuo tiende a recibir prioridad sobre el grupo familiar, frente al sur de Europa, caracterizado por una familia fuerte, donde el grupo familiar tiende a tener protagonismo sobre el individuo. Estas diferencias tienen profundas raíces históricas y siguen vigentes en la actualidad, a pesar de los cambios sociales y económicos tan profundos ocurridos en los últimos años. Las formas básicas de organización de la familia tienen implicaciones para la naturaleza de la sociedad y es preciso tenerlas en cuenta a la hora de implementar ciertas políticas sociales
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