La lectura del paisaje actual y la reconstitución del paleopaisaje, con el testimonio de la toponimia, evidenciaban las excelentes condiciones de la rada de Llançá, cerrada por la gran roca del Castellà, con un establecimiento de la primera edad del Hierro, para la ubicación de un puerto antiguo muy seguro. El hallazgo de fragmentos abundantes de grandes recipientes y de ánfora romana demuestran que no se despreció este refugio seguro en la ruta del Golfo de León, en el camino hacia Ampurias o hacia los puertos del sur de la Galia.
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