Para los países integrantes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la emergencia de China ha implicado un cambio en la forma en que se conduce la economía de la región y en la forma en que se relacionan entre sí. La presencia de China en Norteamérica es hoy una realidad ineludible y su fortaleza en el interior de dicho espacio geográfico crece a pasos agigantados, y hasta ahora, el país asiático es el que ha cosechado los mayores beneficios de esta situación. China ha sido así una especie de miembro no formal del área del TLCAN y los más importante es que ello no ha significado ningún costo, como a México o Canadá. China es actualmente el segundo socio comercial más importante tanto de Estados Unidos, como de México y Canadá. Así, las relaciones en el interior de la región se han modificado y las condiciones económicas y prioridades también. ¿Qué efecto ha tenido el crecimiento de la participación de China en la zona del TCLAN? ¿Cómo han reaccionado Estados Unidos, Canadá y México ante esta nueva fuerza? Especialmente en el caso mexicano, puede decirse: que ha habido un error en la interpretación y análisis de la participación y competitividad de China en Norteamérica; que China está enfrentando una gran fricción comercial con los Estados Unidos; que México requiere nuevas estrategias para poder competir con los productos chinos. México confronta a las industrias chinas principalmente dentro del mercado estadounidense, pero la amenaza real para el país es la merma de su poder manufacturero y el escaso crecimiento económico de su mercado nacional. Hoy como nunca antes, México y China enfrentan posibilidades de confrontación y cooperación. Sin embargo, ambos países se necesitan y a partir de este hecho es posible que se inicie una etapa más constructiva en el futuro.
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