Trataré de argumentar contra la inteligibilidad del escepticismo tradicional sobre las otras mentes. Lo esencial de mi presentación es que tal tipo de escepticismo es incoherente, ya que requiere aceptar dos supuestos incompatibles: una determinada concepción de la introspección y una determinada concepción del yo. El argumentomaestro que usaré no es original: se basa en una interpretación de ciertas discusiones clásicas sobre el sujeto de experiencias. La aceptación de este argumento reductivo explica ciertos momentos cruciales de la historia de la filosofía analítica en el siglo XX.
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