Desde el título mismo del artículo se pretende demostrar que el desconocido y polémico autor del LAZARILLO DE TORMES posiblemente fue toledano o, al menos, conocía muy bien la ciudad y su provincia.
Contrastan los escasos datos que aparecen de Salamanca (donde se inicia la acción) con aquellos que se refieren a Toledo, tanto en lo que se circunscribe a la provincia, desde que el pícaro abandona al primero de sus amos en Escalona, hasta que se acomoda en la capital misma.
El anónimo autor, al que toda la crítica ha considerado posible judío converso,demuestra conocer la atmósfera humana de la ciudad a la perfección (tipos como los indigentes, los artesanos de oficios varios, los clérigos, los hidalgos...), así como las costumbre y disposiciones legales (como la ordenanza que prohibía la mendicidad) y también los lugares (paseos junto a río, claustro de la catedral, mercado, cementerios...). Posiblemente la obra está escrita en clave y dirigida a un receptor muy concreto que era, sin duda, vecino de Toledo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados