La religiosidad popular barroca está muy poco estudiada en la provincia de Almería, tanto que este trabajo puede considerarse de los primeros en realizarse. El autor analiza desde un punto de vista histórico la introducción de este culto mariano en la provincia y más particularmente en la Baja Alpujarra, tierra siempre proclive al castigo pirático y, en consecuencia, abonada para su desarrollo. La vinculación inicial de esta devoción a la familia Barrionuevo permite desentrañar las finas mimbres del fervor privado a los santos. Las duras luchas entre lo privado y público, éste último representado por la oposición de la autoridad eclesiástica al culto de esta imagen, completan un estudio que pretende desentrañar el continuado enfrentamiento entre pueblo e iglesia oficial
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