A. B. Pinel González, B. Martínez Menéndez
Introducción. La jaqueca se considera una enfermedad banal, más aún en la infancia, pero lo cierto es que en muchos casos resta calidad de vida. Pacientes y métodos. Estudio prospectivo. Todos los pacientes fueron evaluados por el mismo neuropediatra. Cumplían criterios diagnósticos de jaqueca. Se evaluó a 127 niños. La edad media fue de 9,4 años (intervalo: 3-14 años), sin diferencias entre sexos. 67 varones y 60 mujeres. Resultados. La duración media de la crisis fue de 22,5 h. Las características clínicas más frecuentes recogidas fueron: localización hemicraneal, 44,4%; pulsátil, 74,4%; fotofobia, 74,8%; fonofobia, 83,5%; náuseas-vómitos, 63,5%, y aura, 14,3%, con predomino de síntomas visuales y sensitivos, de intensidad aguda (74%), con repercusión funcional en el 87% y provocación del absentismo escolar hasta en el 36,9%. Un 16% sufrió episodios de estado jaquecoso. En el momento de consultar el 46% tuvo varias crisis a la semana; el 13,7%, semanal; el 16,1%, quincenal; el 13,7 %, mensual; el 5,6%, trimestral; y otros, el 4,8%. El 48,7% recibió tratamiento preventivo con eficacia completa en el 48%, parcial en el 35% y nula en el 15,4%. Conclusiones. La jaqueca en la infancia no es una patología banal. Es incapacitante: interfiere con la vida diaria en más del 85%, provoca faltas escolares en casi un 40% de los casos y cerca del 50% sufre varios episodios a la semana. Una cifra similar requirió tratamiento profiláctico, que resultó muy eficaz.
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