El presente artículo responde a la necesidad, tras diez años de historia, de presentar un balance de la evolución de la recaudación en concepto del Impuesto sobre Bienes Inmuebles desde 1991 hasta 1998. Aunque el potencial recaudatorio del IBI, pieza fundamental de las haciendas públicas locales, es todavía muy amplio, la trayectoria global del impuesto puede calificarse como positiva. La cuota íntegra del IBI se ha incrementando en más de un cien por cien desde su puesta en marcha hasta alcanzar la cifra de más de 591 mil millones de pesetas en 1998. Las razones que justifican esta evolución de las cifras residen fundamentalmente, como se verá más adelante, en la propia base imponible, que ha crecido especialmente como resultado de las actualizaciones a las que obliga la propia Ley de Presupuestos, y la propia evolución del número de recibos emitidos, a su vez función de la demanda del mercado de nueva vivienda en España y de la mejora de la gestión tributaria en algunos casos. Atendiendo al tramo poblacional, son los municipios intermedios, entre 10.000 y 50.000 los que han contribuido en mayor medida a este incremento de la cuota íntegra; y si el análisis se circunscribe a las Comunidades Autónomas, es Cataluña, con un volumen de más de 140 mil millones de deuda tributaria, la Comunidad que obtiene más ingresos por este concepto.
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