Se emplearon amalgamas adheridas como selladores de fosas y fisuras sin preparación mecánica. Se comparó su retención con la de selladores de fosas y fisuras de resina, a lo largo de un período de cinco años. Los exámenes clínicos a los 6 meses, 1 año, 2 años, y 5 años revelaron que no había diferencias entre las dos técnicas. Aunque los selladores de amalgama pueden no resultar prácticos por sí mismos, pueden emplearse para sellar fosas y fisuras alrededor de preparaciones muy conservadoras en las denominadas "restauraciones preventivas de amalgama". Cuando se emplea adhesivo con la amalgama no resulta necesario incorporar en la cavidad los elementos retentivos convencionales de la amalgama ni los márgenes cavosuperficiales de 90 grados.
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