En lo que sigue comentaré críticamente el mencionado artículo de STAATS desde un punto de vista metodológico-conceptual. Defenderé que, a pesar de las pretensiones explícitas del autor, su enfoque conductista paradigmático no puede entenderse como una teoría causal de la inteligencia en el sentido de un conjunto de generalizaciones nómicas que (junto con un conjunto de procedimientos experimentales ejemplares) circunscriban el campo causal en el que cabe dar cuenta de la conducta inteligente.
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