Los líderes que están comprometidos con poner en práctica la gestión basada en la evidencia también tienen que prepararse para un desagradable efecto secundario: cuando se realiza de forma adecuada, acabará debilitando su poder y prestigio, lo cual puede ser desestabilizador para aquellos que disfrutan de una gran influencia.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados