El proceso de globalización afecta también a las Fuerzas Armadas, desde el momento en que los intereses de los Estados se expanden geográficamente, hasta abarcar todo el planeta o gran parte de él. El binomio «armas nucleares - misiles balísticos» es una herramienta para conseguir alcance militar global a un coste razonable, por lo que es previsible que en el futuro sean muchos los Estados que deseen hacerse con este tipo de armas. Al mismo tiempo, los cambios en las sociedades occidentales hacen que la estrategia nuclear heredada de la «guerra fría» no sea aplicable a estos nuevos países nucleares. Las consecuencias de la guerra de Iraq de 2003 y el desarrollo de sistemas de defensa antimisil son factores que impulsan igualmente a este proceso de proliferación.
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