Viajar a territorios culturalmente alejados suele convertir al visitante en un forastero, con más capacidad de sorpresa ante el exotismo que de comprensión de una realidad que lo desborda. Sin embargo, cuando los aborígenes mediterráneos nos desplazamos por el interior de nuestro espacio geográfico, a menudo nos sentimos en terreno familiar. El autor realiza a continuación un recorrido por la arquitectura, los paisajes humanizados, las islas y los pueblos de diversos países de la cuenca del Mediterráneo.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados