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Motivación y biología: desarrollos teóricos

  • Autores: Amparo Carpi, Consolación Gómez Iñiguez, José Luis Díez, Cristina Guerrero, Francesc Palmero Cantero
  • Localización: REME, ISSN-e 1138-493X, Vol. 8, Nº. 20-21, 2005
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • La evolución de los distintos acercamientos al estudio de la Motivación ha pasado por diversas fases, las cuales, en cierta medida, representaban la orientación dominante en dicha época. La primera aproximación fue biológica, seguida por una preponderancia de los acercamientos conductuales, para culminar, en época reciente, en las modernas orientaciones cognitivistas.

      En hecho de que en una determinada etapa se imponga una de las orientaciones o planteamientos teóricos no significa que otras orientaciones no estén presentes. De hecho, lo estuvieron, y siguen estando. Lo que ocurre es que siempre adquiere una mayor repercusión social y científica aquello que coincide con la orientación dominante.

      Así, aunque en la actualidad siguen vigentes los tres planteamientos psicológicos, la perspectiva conductual es la que menos atención recibe por parte de los investigadores. Este hecho es fácilmente constatable cuando se analizan los trabajos de los últimos diez años. Una posible explicación la encontramos en el hecho de que gran parte de los planteamientos que sistemáticamente se han propuesto desde la perspectiva conductual en Psicología de la Motivación han sido incluidos en la perspectiva cognitivista. El ejemplo más claro lo observamos en los argumentos basados en el condicionamiento operante y en la motivación de incentivo, que son considerados desde la nueva orientación cognitivista basada en el valor y la expectativa y desde la orientación motivacional basada en la consecución de metas (Deckers, 2001).

      Consiguientemente, por lo que respecta a la situación actual en el estudio de la Motivación, son las perspectivas biológica y cognitivista las que acaparan la máxima investigación, siendo, además, las orientaciones que se perfilan como relevantes para el futuro de la Psicología de la Motivación.

      En el ámbito biológico, los trabajos actuales se siguen centrando en el descubrimiento de las bases biológicas de la conducta motivada, intentando localizar las estructuras particulares que participan y controlan cada una de las distintas conductas objeto de estudio; es el legado de las primeras teorías del instinto y de la teoría del impulso. Algunas de las orientaciones actuales se refieren a las aportaciones de la nueva Etología, a los trabajos en torno al concepto de activación, y a las bases neurobiológicas de dicho proceso, y a la delimitación de las bases neurobiológicas de los sistemas motivacionales de aproximación y de evitación.

      En cuanto a las aportaciones actuales que desde la nueva Etología llegan hasta la Psicología de la Motivación, hay algunas interesantes reseñas aplicadas a la motivación sexual (Bereczkei, Voros, Gal y Bernath, 1997), en las que se analizan las distintas preferencias sexuales en los hombres y en las mujeres a la hora de establecer una relación de pareja. También son importantes los trabajos en el plano de la conducta de agresión (Koolhaas, de Boer y Bohus, 1997), en los que se enfatiza que esta forma de conducta motivada puede ser considerada como un exponente más de las muchas o pocas posibilidades de respuesta que posee un individuo a la hora de enfrentarse a las exigencias de su medio ambiente. La conducta de agresión es otro procedimiento conductual más para intentar ejercer alguna forma de control sobre el medio ambiente y lograr la adaptación.

      En cuanto a los estudios centrados en el concepto de activación, Heilman (2000) es quien mejor está perfilando en la actualidad la existencia y localización de las estructuras neurobiológicas que controlan la activación en el organismo. Mediante la actividad de las estructuras propuestas, que en realidad incluyen tres circuitos, se puede entender cómo un organismo tiene capacidad para autorregular su nivel de activación, merced al control que puede ejercer sobre la cantidad de estimulación que le llega hasta las estructuras corticales. La formación reticular, el tálamo, la propia corteza, junto con estructuras localizadas en el estriado, representan los distintos enclaves necesarios para que funcione de forma homeostática, mediante dos mecanismos de retroacción positiva y uno de retroacción negativa, el sistema de control de la activación.

      En cuanto a las aportaciones actuales centradas en la localización del sustrato neurobiológico de los sistemas motivacionales de aproximación y de evitación, son relevantes los clásicos trabajos de Gray (1982, 1991a), que llegan hasta nuestros días con una influencia determinante (Gray, 1999), así como los de Davidson (1992b), autor que, partiendo de una propuesta acerca de la valencia emocional para entender por qué un individuo actúa de un modo o de otro, propone recientemente que, en el ámbito de la Motivación, es imprescindible localizar cuáles son las estructuras neurobiológicas que se encuentran implicadas en la motivación para aproximarse a un objetivo, y en la motivación para alejarse o evitar un determinado objetivo. Ha formulado estos interesantes argumentos con el nombre de hipótesis basada en la dimensión de aproximación-evitación (Davidson, 1993, 1999).

      En el ámbito cognitivista, los actuales trabajos siguen incluyendo aspectos que tienen en común la argumentación de que los organismos pueden actuar de una forma propositiva para conseguir metas anticipadas previamente. Planteamientos importantes en esta forma de estudiar la Psicología de la Motivación se corresponden con la revisión de la teoría del valor y la expectativa (Graham y Weiner, 1996). Además, las clásicas aportaciones de Atkinson y de McClelland llegan hasta la actualidad con planteamientos prometedores, centrados en la consideración de las metas como motivos en sí mismos (Covington, 2000; Barron y Harackiewicz, 2001). Proponen los autores la existencia de dos tipos de metas, aquellas relacionadas con el propio rendimiento o actuación, y aquellas referidas al aprendizaje propiamente dicho[1]. Los resultados heterogéneos mantienen en el punto de mira de los investigadores uno de los temas que parece más prometedor en el futuro inmediato. También la clásica formulación de Maslow, acerca de la jerarquía de los motivos ha sido revisada en la actualidad por algunos autores (Ryan y Deci, 2000; Sheldon, Elliot, Kim y Kasser, 2001), encontrando que, aunque antiguo en su formulación, el argumento de Maslow sigue siendo útil en nuestros días.

      En última instancia, aunque somos conscientes de la imposibilidad de incluir todas las formulaciones teóricas que configuran lo que ha sido el estudio de la Psicología de la Motivación, estimamos que las perspectivas incluidas ofrecen una visión bastante aproximada de lo que ha sido el pasado teórico, y nos permiten entender el presente, ofreciendo, además, una pauta del futuro inmediato. Cada una de estas perspectivas (biológica, conductual, y cognitiva) puede ser diacrónicamente trazada desde el inicio de la Psicología de la Motivación. A este menester dedicaremos las siguientes líneas, analizando, en el presente artículo, las orientaciones biologicistas, y, en el siguiente, las orientaciones cognitivistas.

      La realización del presente trabajo ha sido posible gracias a la ayuda P1-1B2003-24, concedida por la Fundació Caixa Castelló-Bancaixa


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