En la investigación de postgrado y pregrado y entre muchos autores de libros de Metodología de la Investigación, es frecuente encontrarse con una confusión entre lo que es pregunta y problema de investigación. La cuestión es compleja tanto para quienes ven a ambos conceptos indistintamente, como para quienes sostienen que son dos conceptos diferentes. Quien dejó ver primeramente esta dificultad de "forma" fue el gran maestro Aristóteles en su obra: "Tópicos". Sin embargo, su exposición no fue del todo convincente. Una consideración etimológica en términos de los momentos cognoscitivos involucrados en la formulación de una pregunta y en la percepción de un problema muestra la existencia de una transposición de significados entre ambos términos. Es decir, se quiso hacer ver o se entendió en un principio que un problema era lo que se entiende por pregunta y pregunta era lo que se entendía por problema. En otras palabras, pregunta o "prótasis", se entendía en griego como: "mostrar o poner al descubierto"; mientras que problema o "probale", se entendía como "algo que se lanza o se arroja hacia adelante". De allí la confusión que se ha arrastrado hasta hoy. Aquí se presenta una solución en la cual se deja ver que ambos términos son diferentes y que responden a dos momentos cognoscitivos también diferentes.
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