Este artículo argumenta que Jimmy Carter no ha cambiado, desde que dejó la Casa Blanca. Incluso aquéllos que eran críticos con su desempeño en despacho han acreditado sus actividades post-presidenciales e una variedad de beneficencias y en la monitorización de elecciones a lo ancho del mundo. Carter es valorado en un papel de modelo altamente moral, ético, honesto y de principios, que se compromete en buenos trabajos e impulsa la justicia. A través del examen de sus palabras y sus hechos, que le dan el crédito debido o exponen su hipocresía, se explora la realidad de su vida desde 1981.
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