A lo largo del siglo XX la vivienda de arrendamiento perdió importancia cuantitativa a favor de la vivienda propia, que ha pasado a ser la principal forma de ocupación habitacional en la Ciudad de México; esta tendencia fue favorecida por una legislación que desalentó la inversión en el sector y por la existencia de otra exitosa alternativa de acceso a la vivienda, la masiva ocupación irregular de suelo que desarrolló la población de bajos ingresos desde los años cuarenta, alentada por la tolerancia de las autoridades de la ciudad. En los años noventa, se endureció la política de control del crecimiento urbano, lo que dio como resultado la reducción de opciones habitacionales y la cancelación del surgimiento de grandes asentamientos irregulares. Esta situación hace revalorar la importancia de la vivienda en renta, que esta recuperando su papel como una opción habitacional. El trabajo señala la dinámica de la vivienda en renta, sus diferencias espaciales al interior de la ciudad, se especifican sus características predominantes y se relacionan con los distintos procesos de ocupación de suelo (formales e informales) y de acceso a la vivienda que se han desarrollado en la Ciudad de México.
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