La progresiva incorporación del trasplante de órganos como recurso terapéutico, provocó una adecuación organizativa y de gestión global del trasplante, de la que surgió la figura del coordinador de trasplantes a mediados de los ochenta.
En España se crea la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) implantando un sistema ¿denominado ¿modelo español¿¿ basado en una red de coordinadores a tres niveles, nacional, autonómico y hospitalario. Esta estructura organizativa es un referente a nivel mundial.
El coordinador hospitalario de trasplantes tiene una entendible prevalencia con la especialidad Medicina Intensiva. Mayoritariamente los órganos proceden de pacientes en muerte encefálica a corazón latiente y ello precisa la infraestructura que prestan las unidades de cuidados intensivos.
Las funciones del coordinador se resumen en garantizar una sincronía de todos los elementos y equipos que concurren en esta cadena organizativa que se ha convenido denominar ¿proceso de donación¿. De modo esquemático los puntos cruciales que el coordinador hospitalario desarrolla son:
¿ Detección del donante potencial.
¿ Mantenimiento del donante.
¿ Diagnóstico de muerte encefálica.
¿ Consentimiento familiar.
¿ Preparación de la logística hospitalaria.
¿ Atención a los familiares.
¿ Implicación directa en el Programa de Garantía de Calidad.
¿ Persona de referencia en cualquier actuación con relación al trasplante.
Un logro deseable es la creación de equipos de coordinación de trasplantes, con univocidad en sus mensajes, profesionalidad y permanente inyección de ese llamado ¿factor humano¿ tan necesario y a la vez cercano al mundo del trasplante.
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