Definir la vida de modo satisfactorio ha sido, durante mucho tiempo, más una preocupación de los filósofos que de los científicos. Pero el carácter acuciante de la pregunta ¿qué es la vida? ha sido percibido también por científicos con inquietudes filosóficas. Uno de ellos fue el físico Erwin Schródinger, que desplegó algunas intuiciones geniales. En su pequeño libro titulado justamente ¿Qué es la vida? (1944), la biología molecular y la eliminación de entropía por los seres vivos se proponen como los dos pilares de la biología del futuro. Reduccionismo y holismo se afrontan en las páginas de esta sugerente obra, sin desembocar en una síntesis clara. Pero el libro contiene un Epilogo inesperado en el que Schródinger deja planear un tercer punto de la vista: el centrado en la existencia de la conciencia. En el artículo se sugiere que la Teoría de Sistemas, explicada y justificada por la termodinámica de procesos lejos del equilibrio, puede suministrar la principal plata que lleve a una concepción -y definición- aceptable de "vida". Siempre y cuando no se eluda la "tercera perspectiva" de Schródinger, la que se refiere al vinculo entre vida y conciencia; una perspectiva fundamental también para Teílhard, y que se halla en el centro de la filosofía de Whitehead.
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