Existen contextos y actividades comunicativas en los que la imagen social (Goffman,1981) de los sujetos ocupa un lugar fundamental, justamente porque es lo único que los hablantes ponen en juego o negocian. Me refiero particularmente al caso de la conversación mediada por computadoras o "chat", en la que, por sus características se asigna al lenguaje un rol excluyente en la definición y negociación de la imagen de los participantes. en estos casos, la imagen es recuperable sólo en la interacción con el otro: en lo que el hablante expresa de sí y en lo que resulta de su interacción discursiva con su interlocutor. La mediación tiene efectos inmediatos sobre la constitución de la imagen social y sobre la interacción, especialmente en casos donde lo único que se expone es la dimensión personal, subjetiva y social de la persona. El riesgo de amenazar la imagen del otro, y en consecuencia, poner en riesgo la propia es alto. En estos casos, como bien señala Bravo (2002) es relevante analizar estas actividades en el marco de la cortesía. Para ello, retomo el modelo propuesto por Brown y Levinson (1987), en el que se distingue entre una dimensión "positiva" y "negativa" de la imagen y la reformulación del mismo que propone Bravo (2003) en "imagen de autonomía2 e "imagen de afiliación".
En el marco de este trabajo me interesa analizar las estrategias de cortesía que ponen en juego los hablantes en las conversaciones medidas por computadoras, en particular, el uso de la ironía (Grice, 1975); Haverkate, 1994) como estrategia conversacional que cumple diferentes funciones: a) como estrategia tanto para preservar como para amenazar la imagen de nuestro interlocutor, b) como estrategia para negociar las pautas de interacción y resolver situaciones de conflicto, y c) como clave de contextualización y de pertenencia a un grupo.
El corpus del análisis está constituido por textos de "chats" ain un tópico en particular, en canales en los que los participantes eligen a sus interlocutores (ICQ y MSN), y en los que el español rioplatense es la lengua del intercambio. El marco teórico-metodológico de este trabajo recupera los aportes del análisis del discurso (Lavandera,1985; Brown y Yule, 1993), del análisis conversacional (Sacks, H; Schegloff, E. y G. Jefferson, 1974; Levinson,1983, Pomerantz y Fehr, 1997), de los estudios de la cortesía (Brown y Levinson, 1987, Bravo, 2002) y de la argumentación interaccional (Plantin, 1998a, 1998b).
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