La justicia es el orden que Dios estableció para el universo y la familia humana. El Primer Testamento se ocupa del orden que debe existir en el pueblo, exige que se haga justicia a los pobres y trata con dureza a los que la violan. Los profetas anuncian la que manifestará Dios en el futuro extirpando el mal y derramando la paz sobre todas las naciones. Los Evangelios radicalizan sus exigencias: cumplimiento cada vez más perfecto de la Ley interpretada por Jesucristo y resumida en el doble mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Según San Pablo ella es la acción con la que Dios transforma al ser humano y lo capacita para realizar las exigencias de la Ley. El Evangelio es la ¿buena noticia¿ de que la justicia de Dios ha comenzado a manifestarse porque Cristo muerto y resucitado es la primicia de la nueva creación. La justicia de Dios tendrá su pleno cumplimiento cuando lleguen los cielos nuevos y la tierra nueva que anunciaron los profetas
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