Antecedentes Los reportes sobre la carga de la enfermedad para distintas patologias en todo el mundo y las encuestas conducidas en México informan que la depresión es un problema común y una de las primeras causas de años de vida perdidos. Entre 9 y 13% de la población adulta mexicana sufre alguna enfermedad depresiva grave. La prevalencia es doble en las mujeres en comparación con los hombres; los jóvenes y ancianos presentan altos niveles de depresión en comparación con aquellos de mediana edad. La mayoría de las personas con enfermedad depresiva no busca tratamiento, aunque casi todos podrían ser ayudados. En algunas familias, la depresión grave parece ocurrir una generación tras otra, aunque también puede manifestarse en personas sin antecedentes familiares. Por otro parte, una autoestima baja, cambios estresantes o un estrés crónico también pueden desencadenar un episodio depresivo, o bien favorecer la recurrencia o la cronicidad de los síntomas depresivos. Asimismo, en los últimos años se ha mostrado que enfermedades como el infarto al miocardio, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales pueden causar enfermedad depresiva, lo que a su vez puede influir en la disposición del enfermo para atender sus necesidades físicas y prolongar el periodo de recuperación. Muy a menudo, una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales interviene en el comienzo de un trastorno depresivo. El estrés crónico cumple un importante rol en la etiología de la depresión. A su vez, éste se encuentra muy relacionado con características sociales y económicas del individuo.
Se conoce muy poco acerca de los principales determinantes de la enfermedad depresiva en México. Es posible que, debido a diferencias culturales y sociales, en el país estos factores se distribuyan de manera diferente a lo que ocurre en otros y que tengan un impacto diferente en la población mexicana. Por lo tanto, en este estudio se examinó la asociación entre el estrés laboral crónico y la existencia de enfermedades crónicas con la depresión entre un grupo de trabajadores del Sector Salud en México.
Objetivos El objetivo de esta investigación es estimar la frecuencia y la distribución de la enfermedad depresiva grave de acuerdo con las características sociales de una población de trabajadores de la salud en México. El segundo objetivo es estudiar la asociación entre el estrés en el trabajo, las enfermedades crónicas y la depresión.
Métodos Se desarrolló un estudio transversal con una población base de 4048 trabajadores, que participaron en el proyecto "Cohorte de Trabajadores del IMSS-Morelos", durante el periodo de octubre de 1998 a marzo de 2000. Los participantes contestaron un cuestionario auto aplicable con que se recolectó información sobre condiciones de exposición a diversos factores de estilo de vida, características social, estrés en el trabajo y enfermedades crónicas. Por medio de un análisis de regresión politómica, se evaluó la asociación entre características sociales, estrés y depresión moderada y grave. Para estimar las diferencias de género en los efectos de las características sociales, del estrés y de la depresión, se realizó un análisis estratificado por sexo.
Resultados Nuestro análisis muestra que 12% de los trabajadores sufre depresión. Sin embargo, en comparación con los hombres (8.9%) la prevalencia en las mujeres es casi el doble (14.4%). Además, los resultados señalan que las características socioeconómicas de los trabajadores se asocian de manera significativa con el nivel de depresión. Así, ser mujer, estar separada de la pareja, tener menor educación, laborar en un trabajo no profesional, recibir un menor ingreso, se asocian positivamente con la depresión. Tener un trabajo menos satisfactorio y padecer más de una enfermedad crónica también se asocian positivamente con la depresión. Sin embargo, hay diferencias de género y el análisis estratificado por esta variable señala que el efecto del nivel socioeconómico, en términos de ingreso y ocupación, se asocia significativamente con el nivel de depresión de las mujeres. Cabe señalar que estos factores económicos no mantienen una relación significativa con el nivel de depresión de los hombres. Aun así, en éstos, el efecto de ser soltero es mucho más fuerte (OR=3.5, IC95% 2.11-5.33) en comparación con las mujeres (OR=1.52, IC95% 1.18-1.95). No hay diferencias de género para los efectos del estrés en el trabajo y las enfermedades crónicas. Nuestro análisis señala que hay una relación entre un menor nivel socioeconómico y un mayor nivel de estrés y las enfermedades crónicas. Por lo tanto, es posible que el efecto de las características sociales en la manifestación de la depresión esté mediado por la presencia de estrés y enfermedades crónicas.
Conclusiones Nuestros resultados concuerdan con investigaciones previas que muestran una variación sistemática en grupos de personas expuestas a un alto riesgo de depresión. En nuestro estudio de trabajadores de la salud en México encontramos que la depresión es más alta entre grupos específicos de personas, como las mujeres, los trabajadores muy jóvenes y de la tercera edad, y aquellos en desventaja económica. También encontramos que el estrés y las enfermedades crónicas son las sendas por las que estas personas social y económicamente vulnerables llegan a padecer depresión. Cualquier intervención dirigida a esta población debe tomar en cuenta estas asociaciones.
Antecedents A substantial number of Mexican adults (9-13%) experience psychological distress and a significant minority suffers from severe mental impairment. Most people suffering from depression do not seek treatment, even though they can be helped and treated. In some families, depression may occur across generations, but it may also affect those without any family history. Low self-esteem, stressful life changes and chronic stress may provoke a depressive episode. In recent years, it has been demonstrated that medical conditions, such as cardiovascular diseases, cancer, Parkinson's disease and hormonal disorders, may lead to depression, making a sick individual apathetic, incapable of taking care of his/her physical needs. In turn, such apathy increases the recovery period. Most probably, a combination of genetic, psychological, and social factors work together in the development of a depressive disorder. However, very little is known about the principal causes of depression in Mexico. It is possible that, due to cultural and social differences, these factors and their impact are distributed differently on the Mexican population as compared to those from the US population.
Objectives The first objective from this study is to estímate the frequency and distribution of depression by social characteristics on a population of health workers in Mexico. The second objective is to study the effect of stress and chronic diseases on depression.
Methods To study the effects of stress and chronic diseases on depression we used a cross-sectional data obtained from a total of 4048 workers. These workers participated in the "IMSS Health Worker Cohort Study in Morelos" through the years 1998 to 2000. Their age varied from 18 to 89 years. A self-reported questionnaire was administered to obtain information on life-style factors, social characteristics, work stress, and chronic diseases. Data were analyzed using politomic regressions to study the effects of social characteristics on moderate and high levels of depressive symptomatology and on risk factors, such as work stress and chronic diseases. The analysis is stratified by gender as it is expected that effects of such characteristics vary by gender.
Results Our results show that the workers' socioeconomic characteristics are significantly associated with their depression level. Being female, being separated from the spouse, having lower education, and working in non-professional jobs with lower income is significantly and positively associated with depression. Similarly, having a less satisfying job and having more than one chronic disease is significantly and positively associated with depression. Workers from a lower socioeconomic status report higher levels of stress and suffer more chronic diseases compared to those from higher socioeconomic levels. Hence, some of the effects of social characteristics seem to be mediated by stress and chronic diseases.
Conclusion Our results are consistent with previous research demonstrating systematic variations among groups of people who are at a higher risk for depression. In our study, we find that depression is higher among selected groups, such as women, young and old workers, those without a partner, and those with lower economic resources. We also find that stress and chronic diseases are among the reasons for which groups, which are socially and economically vulnerable, tend to become depressed. To be effective in the long run, any intervention directed to these groups of people must take into account associations highlighted in this paper.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados