Cuando el director del Servicio de Estudios de Cajamar me solicitó la coordinación de este nuevo número de MEDITERRÁNEO ECONÓMICO dedicado a la Industria Bancaria, acepté por dos razones. La primera por la larga amistad que me une con Jerónimo Molina, y la segunda porque siendo almeriense no podía permanecer insensible a una propuesta realizada por una institución como Cajamar que tanto y tan bien ha trabajado por Almería, ayudando a su desarrollo económico y a su vez constituyéndose como una entidad de referencia que trasciende el ámbito de las Cajas Rurales.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados