Para aproximarnos a la realidad de las Cooperativas de Crédito, en su mayoría Cajas Rurales, es necesario mirar las causas que justificaron su nacimiento. Un origen que no difiere demasiado de las demás entidades financieras que, desde mediados del siglo XIX, fueron apareciendo para facilitar el movimiento del engranaje económico surgido de la Revolución industrial (modelo Rochdale), o para paliar los efectos negativos de ésta sobre el sector agrario (modelo Raiffeisen). La diferencia entre unas y otras puede estar en la especialización agraria y en las peculiaridades de la financiación que demanda este sector de la economía.
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