El autor examina la Política Forestal y de Areas de Montaña seguida por España y por la Comunidad Europea a lo largo de las últimas décadas, poniendo especial énfasis en la ausencia en la Comunidad Europea de una Política Forestal global que solamente ha empezado a cambiar en el marco de la nueva PAC. Destaca la importancia destructiva de los incendios forestales acaecidos en España en la última década, sugiriendo líneas de actuación para la mejor prevención de los incendios, así como un amplio plan de repoblaciones forestales que trate de paliar el déficit arbóreo generado por el fuego. Sugiere también la eliminación de obstáculos que dificultan la mejora de las estructuras agrarias conforme a la nueva PAC y, en particular, la liberalización de los arrendamientos rústicos, la regularización de las SAT y la agilización de las concentraciones parcelarias en régimen privado.
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