La competitividad de los productos agroalimentarios viene determinada por la competitividad de las empresas agrarias y alimentarias. Y esta emana de una estrategia empresarial competitiva, determinada por factores de competitividad externos e internos, y el nivel de competencia del subsector en el que se trabaja. Para las empresas agrarias, poco habituadas a explotar la contabilidad, se propone como primer paso hacia la estrategia antedicha, la realización de un análisis de costes, que constituye una especie de indicador global de los factores de competitividad internos. Dicho análisis, aquí realizado para los costes de recolección y acondicionamiento de la naranja navel de cooperativas agrarias valencianas, ha evidenciado lo siguiente: Los costes medios por Kg se han duplicado entre las campañas 81/82 y 90/91, sin embargo, en ptas constantes se ha producido una disminución en torno al 10%. En relación con su estructura media, el 40% corresponde al coste de mano de obra (en recolección y almacén), le siguen en importancia el embalaje con un 23%, y otros costes con un 15%. La estructura de costes prácticamente se mantiene en la década considerada, salvo pequeñas variaciones en la presentación en mallas. El incremento de costes, en ptas corrientes, en la década, ha sido motivado por las partidas de mayor relieve en la estructura de costes, mano de obra, embalaje y otros costes. Por consiguiente, la competitividad intraempresa ha mejorado al reducirse los costes en pesetas constantes. Y esta mejora fue motivada por las tendencias a la baja en las componentes, embalaje, mano de obra en recolección, y materiales de acondicionamiento.
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