El 3 de noviembre de 2003, viajé hasta un marginal barrio de Madrid, el Pozo del Tío Raimundo, para conocer y comprender la vida y la lucha de un hombre: Enrique de Castro. Hijo de militar, proveniente de una familia burguesa, lleva más de treinta años luchando por las injusticias cometidas hacia los jóvenes marginados de capital de España. En este artículo se presenta la entrevista realizada aquel día de otoño.
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