Se identifican 68 empresas elaboradoras de piensos compuestos de las que 16 han dejado de fabricar y 6 pasan a ser exclusivamente distribuidores. Se visitan 28 y 4 Centrales de Formulación, rellenándose un cuestionario previamente establecido. Un 30% de las empresas son de estructura asociativa y cubren algo más del 35% del mercado, con una tendencia a crecer a costa del sector libre, más afectado por la crisis. El tamaño medio es parecido al de otros países y la tecnología del 67% sobre un óptimo arbitrario del 100%. Los puntos más negativos son escasa flexibilidad de almacenamiento, escasos análisis químicos de las materias y dependencia en formulación. Sorprendentemente, se constata un elevado desconocimiento sobre el uso de algarrobas, veza y guisantes forrajeros que alcanzó el 79,53 y 49% de la muestra. Las más conocidas como materias primas de piensos son las habas (96%) y los yeros (93%) . La escasez de suministro y el elevado precio de la unidad proteica explica el bajo uso. Al contrario que con las leguminosas los subproductos son más conocidos y se emplean más, principalmente por empresas de buena o elevada tecnología, sin influir el tipo de mercado ni la estructura.
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