Para Unamuno, la cultura de España no era científica sino espiritual: «¡inventen ellos!». En un ensayo titulado «Sor Juana Inés, hija de Eva» (1920), cita un romance escéptico de la monja de la Nueva España que empieza «Finjamos que soy feliz», jugando con dos versos suyos («Si es para vivir tan poco, / ¿de qué sirve saber tanto?»). Unamuno relaciona el afán de conocer que tenía Sor Juana con el de Eva frente al árbol de la ciencia. Pero la monja mexicana no sufría la moderna angustia unamuniana del conflicto entre ciencia y religión; ella buscaba el conocimiento del mundo con una pasión espiritual. Demostraba su sutil dominio de la ciencia aristotélica en su soneto amoroso «Probable opinión es que conservarse». Utilizaba imágenes técnicas y mecánicas en muchos poemas barrocos; hacía a veces observaciones empíricas típicas de la ciencia moderna. Por medio del reloj mecánico la monja intelectual hacía concreto el misterio existencial del tiempo. En el gran poema de su afán científico titulado Sueño, la zoología y fisiología del bestiario mitológico se ilustran con artefactos modernos, así como los órganos internos del cuerpo humano. Si Unamuno se sentía atraído por el pesimismo ocasional expresado en algún poema de Sor Juana, ésta, con sus libros e instrumentos científicos, creía en el esfuerzo intelectual necesario para entender los fenómenos naturales.
For Unamuno, Spain¿s culture was not scientific but spiritual: «Let others invent!». In an essay entitled «Sor Juana Inés, daughter of Eve», he cites a sceptical poem beginning «Let¿s pretend that I¿m happy», playing with two of its lines («If it¿s only to live a little, / what¿s the good of knowing a lot?»). Unamuno relates Sor Juana¿s eagerness to know with Eve facing the tree of knowledge. But the Mexican nun had none of Unamuno¿s modern anguish concerning a conflict between science and religion; she searched for knowledge of the world with a spiritual passion. She showed her subtle understanding of Aristotelian science in a love sonnet beginning «It is a likely idea that to preserve». She used technical and mechanical images in many of her baroque poems; she made empirical observations typical of modern science. By means of the mechanical clock she gave concrete form to the existential mystery of time. In her great poem on scientific desire entitled Dream, the zoology and physiology of the mythological bestiary, as well as the internal organs of the human body, are illustrated by modern artefacts. If Unamuno was attracted by the occasional pessimism expressed in some of Sor Juana¿s poems, she, with her scientific books and instruments, believed in the intellectual effort necessary to understand natural phenomena.
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