El artículo pretende arrojar luz sobre una época mal conocida pero fundamental de la economía española: El período 1940-60. Tradicionalmente, los estudios realizados se han caracterizado en su mayoría, por la negación a aceptar todo hecho positivo en la economía española. Por el contrario, tal y como se pretende demostrar en este trabajo, el progreso económico fue factible, a pesar de la atípica situación política existente. En este proceso, el papel de la agricultura fue determinante. Gracias a ella (en menor medida también la minería), España pudo obtener un sector de exportación con que obtener las necesarias divisas para la importación de maquinaria y/o tecnología. Gracias a ella, con la expulsión de mano de obra del campo, se pudo no sólo proveer de futuros obreros en la industrialización, sino de poder generar los alimentos básicos con que dar de comer a las crecientes concentraciones urbanas. Gracias a ella, en fin, se pudieron generar vía mercado negro, grandes acumulaciones de capital del y para el interior de España, sino que también proveían de "nuevos empresarios" para la formación posterior de la tan necesitada clase burguesa y empresarial en España.
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