En los últimos treinta años, la agricultura francesa ha venido experimentando unas excepcionales mejoras de su productividad. Este desarrollo agrícola se orienta en tres primordiales direcciones: a) desarrollar y controlar las producciones en relación con los mercados; b) dominar las condiciones de la explotación agraria dentro de su medio económico social y c) organizar el desarrollo y las condiciones de vida en el marco de las regiones naturales. Estas tres diferentes clases de acciones exigen para su ejecución unos adecuados medios y métodos. En el caso de los primeros corresponde el papel más importante a las Cámaras Agrarias, a las cuales pertenece el 45 por cien de los agentes de desarrollo, cerca de tres mil, llegándose a una media de una agente por cada 183 agricultores. En cuanto a los métodos para el desenvolvimiento de la acción de estos agentes, varían desde las típicas acciones de masa y el cometido de la red de información hasta la vinculación a la labor investigadora que realiza el INRA. Por último, en relación al reto que plantea el desarrollo económico y la evolución de la agricultura francesa del mañana, éste se centra en adaptar los sistemas de producción a la diversidad de las agriculturas; promover agricultores cualificados y solidarios y, por último, mantener el empleo rural, la vida social y la solidaridad entre los campesinos.
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