La creciente importancia de la población hispana en Estados Unidos y la expansión social que en paralelo registra el idioma español se acompaña, como reverso, de una rápida aculturación lingüística de los jóvenes. En esta tendencia, que supone la sustitución y pérdida, más o menos completa, de la lengua vernácula, median diversos factores. Las tendencias uniformadoras, las políticas educativas y los movimientos conservadores, opuestos a la diversidad lingüística, son los más explícitos. Pero también operan, de modo tácito, las imágenes, prejuicios y actitudes vinculadas a las lenguas y a los hablantes. En este artículo se examinan estos factores y se anotan las diversas vertientes que intervienen en este proceso.
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