Mi especialidad -que procuro, no obstante, tratar desde la más amplia perspectiva de que soy capaz y que incluye la historia rica, la filosófica (ética y estética), etc.- es el arte. Concretamente, el arte contemporáneo. Mi valoración de la necesidad de la Norma es, por tanto, diferente de la de sus especialistas. Es por esto que siento una profunda estima por aquellos profesionales que, juzgándola necesaria para una convivencia justa y pacífica, no la prodigan innecesariamente, no deseando hacer de ella ni un rígido corsé ni una críptica maraña de reglamentaciones apresuradas y contradictorias, río revuelto de difícil navegación y favorable a toda costa de especuladores que dicen conocer las leyes tratando de aplicarlas en su particular beneficio
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