El color del papel se ajusta por adición de diversos colorantes durante el proceso de producción. Se trata de tintes, agentes blanqueadores fluorescentes y pigmentos. Para permitir la exacta reproducción del color y mantener la variabilidad del mismo dentro de límites rigurosamente definidos es necesario disponer de un sistema de control de alto rendimiento. Su implementación resulta dificultada por los largos tiempos de demora y por las varias etapas del proceso que pueden afectar al color del producto final.
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