En los últimos años se ha producido una avalancha de información en materia de prevención de riesgos laborales, dentro de la cual se incluye también a las buenas prácticas. Toda aquella información que se suministre como buena práctica, deberá ser relevante y aplicable a todas las personas involucradas o interesadas en aspectos de seguridad y salud en el trabajo, de esta forma, tendrán a su disposición estas fuentes de información que contribuyen a la eficacia y al desarrollo de la actividad preventiva. Se debe adoptar una cultura de seguridad preventiva, es decir, conocer e identificar los peligros y riesgos, aprender de la experiencia, estar alerta, ser conscientes de las limitaciones y consecuencias de los actos, y aplicar los avances del conocimiento, la técnica y las buenas prácticas, para poder anticiparse a la posible generación de pérdidas.
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