Mientras Internet se vislumbra como un nuevo canal que acelera los cambios, la calidad se percibe como una estrategia global. Ello incluye al servicio hotelero, que tiene en la gestión eficiente de la cadena de suministros una herramienta fundamental, pero también al destino en su totalidad: desde los aeropuertos a la limpieza de las playas o la conservación del patrimonio histórico y cultural. Por su parte, Internet, en tanto que liquida intermediaciones, está obligando a todos los actores del sector a posicionarse en una revolución protagonizada por agencias virtuales nacidas ya en el nuevo medio, grupos internacionales, compañías aéreas y agencias tradicionales. Y todas las previsiones apuntan a que el negocio de la venta on line de viajes no ha hecho más que empezar.
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