La política educativa a desarrollar en España a comienzos del siglo XXI debe formar parte de las estrategias que se siguen en todo el mundo para mejorar los conocimientos y las competencias de toda la población, y en especial de las nuevas generaciones. Este trabajo repasa las enseñanzas que se derivan de los estudios internacionales como PISA, que sirven de guía acerca de cómo lograr una educación de calidad para toda la población. Se pone énfasis en la necesidad de impulsar un sistema de formación más individualizado que mejore los conocimientos y competencias de todos los alumnos. La importancia de programas de apoyo y refuerzo de aprendizajes, de formación e incentivación de los docentes, y de becas y ayudas son parte central de una reforma educativa que persiga la calidad con equidad que hoy recomiendan los organismos internacionales
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