Existen investigaciones e interesante evidencia empírica que señala la eficacia que tiene en la comprensión lectora la estrategia de que sean los mismos lectores quienes generen las preguntas a los textos (y no sus maestros o los mismos textos). Sin embargo, este recurso aparece con poca frecuencia en las aulas. En efecto, durante las clases, en todos los niveles de la escolaridad, la tarea de comprensión se organiza a través de pregunas preformuladas y deja muy poco especio para que sean los mismos lectores quienes interroguen al texto.
En este artículo se revisa esta perspectiva, se presenta algunos resultados de investigaciones recientes y se explicita el tipo de destrezas y aprendizajes que la estrategia de la formulación de preguntas por parte del lector ha generado en alumnos de todos los niveles. Se señalan en particular los efectos cognitivos y motivacionales del recurso.
Para finalizar, se expone detalladamente una investigación con niños de primaria en la que se han graduado los tipos de pregunta que realizan los lectores, en función de su nivel de profundidad conceptual, lo que permite analizar la progresiva comprensión y el papel del conocimiento previo.
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