El presente artículo pretende averiguar las causas de tipo ideológico que conducen a los seres humanos a la paz o a la guerra en el momento actual, la era de Internet. Este propósito tiene sentido porque la guerra no es una necesidad de la naturaleza ni de la historia humanas: somos capaces de guerra y de paz al mismo tiempo. Sin embargo, ¿por qué subsiste la guerra si podemos conseguir vivir en paz? En nuestra opinión, la causa actual de los enfrentamientos bélicos es el fanatismo. Este fenómeno proviene de la perversión de las dos fuentes de nuestra civilización: la libertad y la racionalidad. Esta doble perversión hace que nos creamos el Absoluto o, cuando menos, su instrumento.
Desde la caída del muro de Berlín, este tipo de fanatismo deriva de la convicción generalizada en el hecho de que nos encontramos al "final de la historia"; de esta situación, se concluye que la irracionalidad actual es definitiva y que, por lo tanto, los esfuerzos por llegar a una paz universal son inútiles. En sentido opuesto, creemos que la fórmula de esta paz sólo puede derivar de una reflexión y de la efectiva extensión mundial de un medio técnico que haga posible la comunicación entre todos los hombres. La primera debería disolver las perversiones de la libertad y de la racionalidad y nos tendría que mantener en la conciencia de nuestra infinita lejanía respecto al Absoluto. Sin embargo, esta reflexión no basta. Para que esta conciencia triunfara, se necesitaría la extensión planetaria de la situación técnico-ideológica que implica la existencia de la red Internet: la libertad de quienes intervienen, la racionalidad que permite la comunicación entre todos los que se encuentran en ella y el acceso universal. Ésta es la tendencia moral de la Red, que por sí misma favorece el progreso hacia la paz universal.
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