El empleo de fármacos para tratamiento de las alteraciones neuromusculares que se presentan en el enfermo ingresado en una Unidad de Cuidados Intensivos es prácticamente inexistente. El empleo de inmunoglobulinas por vía venosa para el tratamiento de la polineuropatía del paciente crítico (PPC) no aporta ninguna evidencia para su uso. Más importancia tiene el tratamiento profiláctico, como es el caso de la administración de una perfusión de insulina para prevenir la hiperglucemias que se asocian a un mayor desarrollo de la PPC. Nuevos datos inducen a pensar que el mecanismo protector de esta perfusión, normalizando los niveles de glucosa se hacen modulando una disfunción endotelial y a unos menores niveles de dimetilarginina asimétrica (ADMA). Con respecto a la miopatía del paciente crítico o a los cuadros de bloqueo neuromuscular prolongado, el tratamiento consiste en evitar el empleo de diversos fármacos que se sabe se asocian al desarrollo de estas entidades como son los corticoides, los relajantes musculares y los aminoglucósidos.
Por lo que respecta a la parálisis aguda flácida -infección por el virus del oeste del nilo se han comunicado casos anecdóticos de mejoría con el empleo de corticoides o de interferón, pero su tratamiento rutinario queda aún por establecer.
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