San Buenaventura elabora el concepto de persona humana a partir de dos contextos. Uno más general que es el ejemplarismo, el cual explica las relaciones existentes entre Dios y las creaturas en términos de participación metafísica y simbólica. El otro, de carácter teológico, responde a la cuestión trinitaria y cristológica, y le lleva a plantearse el concepto de «persona». La estructura humana queda determinada por su carácter personal. San Buenaventura utiliza la analogía para hablar de la persona creada, que define en términos de relación, individuación y dignidad. De esta forma desarrolla el sentido de persona, presente en las Sagradas Escrituras.
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