Cuando se le comunica a una persona que tiene diabetes, ésta casi siempre se sorprende y se sobrecoge, tanto por lo inesperado de la noticia como por las consecuencias que, imagina, tendrán para su estilo de vida. Sin duda, para la mayoría se trata de un momento muy duro, que provoca un torbellino de sentimientos, muchos de ellos dolorosos.
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